HOMENAJE A LA ZARZUELA

por Marcos Carmena 

Alguien dijo que la patria de cada ser humano es su infancia. Si es así, mi patria es La Zarzuela. Recuerdo que en su antiguo recinto de Tribuna, domingo tras domingo, varios chavales galopábamos programa en mano figurándonos ser "romanes y carudeles". Estos juegos dieron paso en mi juventud a uno de mis grandes anhelos: poder cabalgar sobre esos maravillosos animales denominados pura-sangre ingles. En La Zarzuela se hizo realidad el sueño de galopar y competir en una pista de carreras, aprendiendo con ello a valorar y admirar en toda su dimensión la sacrificada, peligrosa pero al mismo tiempo intensa profesión de nuestros colegas los jockeys profesionales.

Esto no hubiera sido posible sin el acceso a la competición bajo la condición de amateur, una categoría que existe gracias a la contribución de un puñado de amazonas y de gentlemen-riders que a lo largo de los años han mantenido viva una tradición deportiva llena de lances y anécdotas. La Zarzuela ha sido testigo de estas andanzas ecuestres. No es mi intención hacer ahora un repaso detallado por esta historia y sus protagonistas. Pero en un momento tan señalado en el que se cumple un año de la feliz reapertura de La Zarzuela, cuando aun no se han apagado los ecos de la hazaña deportiva de Ignacio Escario a lomos de su Jade en el pasado Memorial Duque de Toledo y con el retorno al recinto madrileño de una prueba femenina internacional de la FEGENTRI, me gustaría brindar con las siguientes imágenes un pequeño homenaje a La Zarzuela, al espíritu de las amazonas y los gentlemen que nos pasaron el testigo y a todos aquellos que confiaron en sus habilidades y perdonaron sus torpezas.

¡Jinetes, el próximo domingo, cuando os veáis en la línea de salida, recordad que desde lo alto de esas tribunas, mas de sesenta años de historia os contemplan!

Suerte a todos.

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1.- El Escenario

Asentado sobre las terrazas fluviales del río Manzanares, en pleno paisaje velazqueño, nuestro querido hipódromo no ha guardado la misma fisonomía a lo largo de su trayectoria, tal y como se puede observar en esta imagen aérea de 1963. Ahí se aprecian los restos del llamado "riñón" de la recta de Llorente. Durante su existencia, este riñón supuso un autentico dolor de cabeza para los jinetes, preparadores y propietarios.

3.- Los auténticos protagonistas

En mayo de 1958 llegaron por primera vez caballos de competición en un vuelo comercial al aeropuerto de Barajas, en concreto cinco, con motivo de la celebración de las pruebas internacionales de la Fegentri. En aquel entonces, algunos jinetes amateur desplazaban por toda Europa sus propios caballos para disputar las diferentes pruebas del calendario del Campeonato. ¡Un autentico lujo que hoy seria inimaginable! La expectación que levanto este acontecimiento fue notable.
5.- 1954. Galopes

La luz de un nuevo amanecer adorna el galope de dos pura-sangre en La Zarzuela. Es una escena que con independencia de atuendos y estilos, desearíamos perpetuada sin interrupciones por mucho, mucho tiempo. La imagen es de hace mas de cincuenta años, pero hoy como ayer, la belleza del caballo de carreras nos sigue deleitando y emocionando.
7.- Las ordenes Paula Elizalde, excelente amazona, escucha las indicaciones de Jesús Méndez, uno de los más grandes entrenadores que ha visto La Zarzuela. El planteamiento teórico y el trabajo de mucho tiempo esta sobre la mesa y listo para su ejecución. Una vez a caballo el jinete quedara solo con toda la responsabilidad del triunfo o la derrota.
La incorporación de la mujer a la competición turfistica española vino de la mano de las carreras de amazonas en la primera mitad de los años 70. Creo que hoy estamos en deuda con aquella primera 

generación de féminas que se atrevió a retar a una actividad deportiva en aquel entonces tremendamente machista.

9.- La Curva de La Cuesta de las Perdices

Las tribunas de Torroja son testigo de una hermosa y primaveral tarde de carreras. Al primer paso por meta se ha formado una fila india. Cada cual ejecuta la táctica que quiere o puede.
Independientemente de la oportunidad del horario, sujeta a razones no estéticas, hay que decir que la luz del atardecer es mucho más idónea que la luz matinal para ver las carreras en La Zarzuela.
(P. Alfredo Sanz, civil-militar, 2.000 m. Galápagos, del Duque de Alburquerque, montado por el Conde de la Corzana y a pesar de los 69 Kg., no abandonaría la punta en todo el recorrido).

11.- Últimos metros

25 de abril de 1954, P. Francisco Coello, civil-militar, 2000 m. Abracalan, con la monta de su propietario Jaime Cobian, resiste el final de Tallu-Tallu, con el capitán Ribas y unos terroríficos 77 Kg.
No, no se trata de la carga de la brigada ligera, sino del remate final de una carrera de "guardias", como así se llamaban las pruebas reservadas a los amateur por razones obvias.

Hasta los años 50, los jinetes militares corrían de esta guisa en nuestras carreras, lo cual no debía ser nada cómodo. Por La Zarzuela han pasado grandes jinetes militares, herederos directos de aquellos otros que mostraron su valía en el desaparecido Hipódromo de La Castellana, como el Marques de Los Trujillos que fue además medalla de oro en hípica en Ámsterdam 1928 o Adolfo Botín Polanco, autor a mi juicio de los mejores renglones que sobre caballos en general y sobre carreras en particular se hayan escrito en España.

13.- La meta

El poste de meta es testigo en la tarde del 29 de junio de 1968, de la mayor proeza deportiva jamás vista en La Zarzuela: Ante un atónito publico, don Beltrán Osorio, Duque de Alburquerque, recargando 11 Kg. sobre el peso oficial, mantiene con su yegua Tebas medio cuerpo de ventaja sobre la flor y nata del turf español, llevándose el Gran Premio de Madrid. Claudio Carudel, totalmente volcado sobre el alazán Florian, no puede impedir la victoria del legendario jinete.

15.- 20 de mayo de 1956: El llenazo

Uno de los grandes llenos del recinto de La Zarzuela, sino el mayor, se produjo hace cincuenta años con la visita del coronel Townsed, entonces pretendiente de la princesa Margarita, la hermana de la reina Isabel de Inglaterra. El coronel Townsed, héroe de la Segunda Guerra Mundial en donde actuó como piloto de la RAF, vino a Madrid para montar en calidad de gentleman-rider en la prueba de liso del campeonato internacional amateur, acaparando la atención de aficionados y profanos tal y como quedo plasmado en la crónica de la revista Alazán: "Una jornada extraordinaria en la que el interés mundano desplazo al deportivo, llevando a nuestro Hipódromo al <<todo Madrid>> de las grandes solemnidades, que se dio cita en La Zarzuela al conjuro de un nombre con la doble leyenda de héroe y galán... Lo que importa también es el descubrimiento del Hipódromo y de sus atractivos que han hecho varios millares de madrileños, que bien claro manifestaron, primero su admiración y después su entusiasmo."

Fotos:

- 15.1. El coronel Townsed, reconoce la pista de La Zarzuela en compañía del gentleman francés Delahonte.

- 15.2. El coronel Townsed y el Conde de la Corzana (hermano del Duque de Alburquerque), reciben las ordenes en el paddock, antes de correrse el P. Manuel Ponce de Leon. La tensión de los minutos previos a la prueba se palpa en el ambiente, al tiempo que los diversos medios de comunicación no pierden detalle.

- 15.3. Desfile del P. Manuel Ponce de León. En primer termino, el coronel Peter Towsend sobre Tehraskid, del Duque de Alburquerque, que con 71 Kg, quedaría segundo, por delante de su compañero de colores Galápagos, con la monta del Conde de la Corzana. Las tribunas a punto de reventar por un publico que agoto todo tipo de existencias.

19.- La caída

31 de enero de 1965. Premio Manuel Silio, 1.600 m. El Sr. Landete sobre La Begun no termina de creerse que la victoria es suya y observa al desmontado Puerto Rico después de que su gentleman-rider rodase por los suelos al rompérsele la cincha en plena recta final.

No vamos a descubrir ahora que las carreras de caballos son un deporte de riesgo. No obstante, a lo largo del tiempo, las medidas de seguridad para los jinetes han ido aumentando progresivamente. La primera fue la introducción del uso obligatorio del casco, elemento que ha venido evolucionando desde los primeros modelos carentes de barboquejo. La ultima ha sido la incorporación del chaleco protector, igualmente obligatorio.

2.- Los primeros tiempos
Los años cuarenta fueron duros para la sociedad española y para su diminuto turf. La Zarzuela se puso en funcionamiento con carreras de lotes poco numerosos pero no exentas de entusiasmo. 1946: Faustino Domínguez salta una valla con Epsom, el mejor caballo de la especialidad por aquel entonces.
4.- La trastienda Lo que el publico ve los domingos de espectáculo, es solo una parte del encanto del turf. Detrás de cada caballo y de cada jinete que se presenta a la competición, hay muchas jornadas de preparación en un ambiente maravilloso. Como gentleman-rider, siento que los días de carreras son el plato fuerte, aunque el día a día y sus entrenamientos, el contacto directo con el noble bruto y la camaradería con el personal de las cuadras son el complemento ideal a una actividad profesional, que en

mi caso es totalmente sedentaria y absolutamente alejada de cualquier actividad ecuestre.
En la imagen, un servidor con Mdudu, en un frío y lluvioso día de otoño de mediados de los noventa. Mdudu, ha sido uno de los mejores caballos de carreras que haya tenido la oportunidad y el honor de montar.

6.- El paddock

El paddock del recinto madrileño ha sufrido cambios sustanciales a lo largo del tiempo, tal y como se puede apreciar en la fotografía de 1954. Los campos poco numerosos y el ambiente familiar permitían la ausencia de setos de separación entre caballos y público.

8.- La salida

14 de febrero de 1954. Que lejos nos parecen aquellos tiempos de salidas con cintas... Eran tiempos difíciles para los jinetes y sus ayudantes. Se podía estar sujeto a múltiples salidas falsas o a medias vueltas inesperadas para exasperación de jinetes, publico, entrenadores y propietarios. Aunque a río revuelto, ganancia de pescadores: Existían jinetes auténticos especialistas en "robar" la largada.
Al margen de la evolución de los estilos, el control del caballo impuesto por este tipo de salidas exigía estribar mucho más largo de lo que se hace hoy en día. Los cajones de salida llegaron a La Zarzuela en 1971.

10.- La Curva de El Pardo

P. Vega de Boecillo, civil-militar, 2.200 m. Ladnit, con Manuel Luque, encabeza un reducido pelotón. Queda poco para entrar en la recta definitiva y se guardan fuerzas para el final. La famosa cuesta arriba aguarda para ajustar las cuentas a quien no se haya acordado de ella. Por algo siempre tuvo fama La Zarzuela de ser un hipódromo selectivo.
Obsérvese la pista de verde, partida en dos por un seto de aligustre (mitad interior para las vallas, mitad exterior para las carreras lisas) y la cuerda de cinta, utilizada en otro tiempo para preservar los carriles interiores.

12.- Cabeza a cabeza

Cocinero antes que fraile. Los actuales Presidente y Vicepresidente de la Asociación Española de Gentlemen-Riders (AEGRI), Rafael Martinez sobre Sulim y Francisco de Julian sobre Farrista, en dura pugna por la victoria, resuelta finalmente a favor del segundo. Al fondo se adivina el antiguo recinto de General, interior al ovalo y desaparecido en los años ochenta.
26 de febrero de 1978. P. Manuel Silio, 1.600 m.

14.- La recompensa

En noviembre de ese mismo año, en el recinto de balanzas, la proeza es reconocida a escala nacional cuando el Duque de Alburquerque recibe de Juan Antonio Samaranch la Medalla de Oro al Merito Deportivo.

16.- Personalidades

Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, entonces Infante, también ha asistido a las pruebas de la Fegentri. En la fotografía de 1960, se le puede ver saludando a José Antonio Sagardoy, momentos antes de disputarse la prueba de vallas que ganaría con su caballo Salvador.

17.- Pegaso también ha pasado por La Zarzuela

15 de mayo de 1985. Ultimo salto del premio Francisco Javier de Salas, vallas, Prueba Internacional Oficial de la FEGENTRI (PIOF), 3.800 m. El suizo Vogel con Pamparel, se la juega el todo por el todo con el francés Danloux sobre el tordo Bancal. A la postre, el primero resultaría vencedor por un cuello.
¿Volverán algún día las hermosas carreras de obstáculos a La Zarzuela? Diríamos que Pegaso, el mitológico caballo alado, lo esta deseando.

18.- El steeple-chase

La Zarzuela se doto en los años setenta de un recorrido en "ocho" para las pruebas de steeple-chase. Contaba con su ría y con unos inicialmente temibles setos que fueron posteriormente recortados a la medida de las posibilidades de nuestra cabaña equina. De alguna manera, y salvando las distancias, las carreras de steeple eran herederas de los recorridos de campo que se habían celebrado en La Zarzuela durante los años cuarenta.
En las imágenes se puede ver a Luis Urbano, ganando el Gran Steeple-Chase de Primavera de 1977 sobre Vilnious.

20.- El publico

9 de abril de 2006. La remozada La Zarzuela es el escenario del primer paso por tribunas en la carrera de amazonas y gentlemen. El publico, actor indispensable en cualquier hipódromo, arropa el desarrollo de la prueba. ¡Que sosas serian las carreras sin ese rumor creciente que azuzado por interesadas filias a caballos, jinetes y cuadras, surge de las tribunas para acompañar el esfuerzo final de los participantes!

21.- La última hazaña

22 de octubre de 2006. Juan Ignacio Escario y su yegua peruana Jade escriben sus nombres con letras de oro en la historia de las carreras de La Zarzuela, al vencer de punta a punta en el prestigioso Memorial Duque de Toledo. La monta ha sido perfecta y llena de tacto. Y la yegua ha sido excelentemente presentada por un equipo encabezado por Joannes Osorio, el actual Duque de Alburquerque, en otros tiempos otro grandísimo gentleman-rider, al igual que su padre.
Tradición y modernidad se han dado la mano en este brillante día. Es el resultado de una afición desbordante y de un cariño sin fisuras por el mundo de las carreras de caballos.
Cuantos madrugones y cuantos sinsabores se habrán visto recompensados tras pasar el poste de llegada en tan importante prueba. Desde la órbita amateur vibramos con la victoria de Nacho y nos hizo recordar que con habilidad, dedicación y esfuerzo, soñar es posible.