Recuerdo a Javier Piñar Hafner
Foro A Galopar & Turfinternet, febrero 2004

Falleció Javier Piñar (Gerardo Torres en ABC Sevilla) - 07/02/2005
Falleció Javier Píñar, técnico en carreras de caballos
G. TORRES/ ABC

SEVILLA. Así rezaba en la tarjeta de visita que entregaba a los amigos hace algunos años. «Javier Píñar Haffner, técnico en carreras de caballos». Su tesón en la lucha con una durísima y cruel enfermedad se hizo patente poco después con la aparición de un libro que firmó y al que dedicó la energía que esa pelea por la vida le dejaba. Se tituló «Mi mundo, el de los caballos». Como no podía ser de otra forma, estaba dedicado al turf, el leit motiv de su ilusión por seguir adelante.

Ayer falleció a los 23 años, simplemente porque no pudo más. José Antonio López Alzás, con los ojos enrojecidos, comunicaba a los amigos tras la jornada de carreras que su estado había empeorado. Uno de sus tíos, Antonio, partió rápido para estar a su lado; otro, Pedro, se quedó al pie del cañón para cumplir profesionalmente con su cometido, pero con el rostro desencajado y con el corazón quebrado por la angustia. Los demás, todos, participamos del dolor de una familia que es turf toda ella.

Javier Píñar Haffner se murió en plena temporada de carreras, seguramente cansado y apuesto que enfadado por no poder pasar el día en su palquito de la vieja tribuna de Pineda, arropado por su madre, Ly; protegido contra el frío con su gorrito, sus guantes y su bufanda; acompañado por sus hermanos, Carlos, Ángela y Beatriz. Querido por todos.

Porque era Javier el ojito derecho de los profesionales de las carreras, de Ovidio Rodríguez, de Antonio Picado, de Paco Jiménez, de Manolo Álvarez y de tantos y tantos otros a los que él mismo entregó decenas de trofeos, pues sólo hubo una cosa que le hizo más ilusión que dar un premio en un recinto de balanzas: recibirlo. Tuvo la fortuna de vivir esa sensación porque tuvo sus propios caballos gracias al apoyo de un rey mago que no aparece en ninguna leyenda y que se llama Pedro Gutiérrez, su socio, al que imagino sumido en un desconsuelo absoluto. «Old Cataract» ganó en Mijas y en Sevilla, y «Lieutenant Dunbar» se dejó la salud en las pistas por defender los colores de su cuadra, Jepe. Chaquetilla naranja y azul.

Ayer se murió el más infatigable aficionado al turf que haya conocido, un niño diferente que vivió sus sueños entre mayores e hizo que todos fuéramos un poco más jóvenes por lo menos un ratito a la semana. No sé cuántos kilómetros habrá caminado Fernando Píñar empujando la silla en la que Javier quería avanzar por la vida. Sólo sé que el Nani Píñar, como Ly Haffner, ha luchado contra esa terrible enfermedad tanto como su hijo y que ha sufrido lo que uno no puede imaginarse. Hoy, desgraciadamente, Javi ya no está con nosotros para disfrutar de su mundo, el de los caballos, que es el nuestro. El turf está de luto. Nosotros, contigo, Nani.

Pineda sin Javier (J.A.R.) - 07/02/2005
No, no puede ser lo mismo Pineda sin Javier. Este domingo no pude estar allí, pero a mi vuelta a casa del anterior, comenté con mi esposa que había echado de menos a Javier, y que no había sido valiente para preguntarle a Fernando por su estado. Hoy me despierto con la cruel noticia de su fallecimiento dada por uno de sus mejores amigos. Gerardo hace una perfecta semblanza de Javier y su lucha por vivir , poco puedo añadir yo mas que sumarme al inmenso dolor de su familia y amigos por su desaparición.
Javier fue un ejemplo de cómo sobrellevar una cruel enfermedad con alegría e incluso con un entusiasmo contagioso, pero igualmente ha sido ejemplar el apoyo de su familia. Ly y Fernando pueden estar orgullosos de la dedicación y amor que siempre le prestaron, pero también lo deben de estar sus hermanos, primos y sus tíos (Pedro, Antonio lo siento muchísimo).
Quiero quedarme con el recuerdo de la última vez que estuve con él. Fue en Lasarte el pasado 12 de Septiembre. Estaba radiante por haber cumplido su sueño de conocer el hipódromo del que tanto le habían hablado. No le pesó el gran esfuerzo que supuso tan largo viaje. Dar y recibir trofeos constituía una de sus mayores alegrías y en esa ocasión recogía con Félix Sanz el que le correspondía por su victoria con Fol Parade en la primera del programa. Como una imagen vale mas que mil palabras, os adjunto el documento gráfico que ratifica su felicidad en ese momento y que es con el que yo me quedaré para siempre. En esa ocasión estaba con Javier y Fernando otro de sus mejores amigos, Juan Puerta,( Juan cuida tu corazón).Precisamente ayer un caballo de Juan cruzaba la meta en primer lugar de la última carrera que se corría en Pineda antes de que Javier nos dejara para siempre. Pero no nos ha dejado. El próximo domingo estaremos en Pineda y Javier estará de nuevo con nosotros, aunque Pineda nunca será la misma sin Javier.

Para la familia Piñar-Haffner (Camilo Cienfuegos) - 07/02/2005
Un cálido abrazo para la familia Piñar en estos duros momentos. Siempre recordaremos a Javier tal y como le veíamos; feliz en un hipódromo. Como siempre que nos hacíamos la pregunta del millón, ¿cuántos verdaderos aficionados al turf hay en España? Apenas nos salían 10 ó 15 nombres pero el de Javierito era el primero de la lista.
Os acompañamos en el sentimiento.
En nombre de todos vuestros amigos de Madrid, Segovia y los aficionados al turf.
Desde el cielo (Ribeira) - 08/02/2005
Hola Javi:
Tú que estás en el cielo, ¿cómo es el cielo?
Supongo que estás estupendamente. Imagino que ya has tenido tiempo de consolar a los abuelos, que se habrán sorprendido al verte aparecer por allí. O quizás no se sorprendieran tanto, y te estaban esperando con los brazos abiertos.
Me imagino que ellos ya te habrán puesto al corriente de los hipódromos y carreras que se dan por allí. Habrás ido corriendo a las cuadras, a ver a Ribeira, que habrá relinchado nada mas verte. Seguro que ya le has puesto las riendas, la silla, los estribos y estarás haciendo apuestas con el duque de Alburquerque a ver quién de los dos gana la carrera. Supongo que andarás un poco nervioso, porque nunca has montado un caballo de carreras. No te preocupes. Coge la fusta, deja las riendas sueltas y galopa a los cuatros vientos. Si el Duque tiene mejor caballo que tú y más experiencia, ten presente que las carreras se ganan con el corazón, con el cariño que se le da a un caballo y con la ilusión de ganar.
Aunque todo lo que he escrito, tú lo sabes. Me dirás: ¡¡Bea, que no te enteras!!. Llevo toda mi vida a galope tendido con el corazón y la alegría, con las ganas de vivir y de disfrutar de cada minuto.
Galopa tú detrás de tus sueños como yo galopé detrás de los míos dentro de mis limitaciones. La vida es una lucha, Beatriz, y eso es lo que tu y papa, y mama y los hermanos tenéis que seguir haciendo. Porque yo estoy aquí en los boxes dando de comer a los caballos.
¿Y nosotros javi, que hay de nosotros?
Bea, os cuido desde aquí arriba y los abuelos me ayudan. Vosotros no tenéis más que cuidar de papá, y mamá (no os olvidéis de ella que os necesita mucho) y decirle a Juan Puerta que yo desde aquí estaré velando por él.
Os quiero a todos.
Gracias Javi. Nosotros también te queremos.
A Javier Piñar - En la memoria (Rafael Andrés) - 08/02/2005
A Fernando y Pedro Piñar con todo el cariño y la amistad.

Siempre hay una mirada de esperanza
un rayo de luna en la ciega noche
un sin saber porqué, que nos acompaña
y antes de caer en la oscuridad nos atenaza.
Un juego de palabras, ayer perdidas
en lo mas recóndito de la mente
que hoy, en el recuerdo
se nos aparecen alegres,
como hada blanca, que a la tristeza da alas.
Un campo verde donde plantar un sueño.
Un sueño que se desea realidad futura,
cuando hoy crees sólo que es presente incierto.
Porque siempre hay un espacio para la esperanza
un tiempo que mata con indulgencia serena
la mas desesperante destemplanza.

A contratiempo

Javi siempre estará con vosotros.

Rafael Andrés.

Mi visita al Hipódromo de Mijas (Alicia) - 12/02/2005
Si mi agenda no me traiciona, era el 25 de Noviembre de 2001. Fue mi primera y única visita al Hipódromo de Mijas. Un amigo me dice " voy a apostar al número 5. Su propietario es ese chico.." y me cuenta en detalle la historia de Javier. El número 5 es un bonito caballo alazán.

Se abren los cajones y el alazán salta decidido...uno, dos, tres, seis cuerpos nada más salir..domina la carrera con toda facilidad hasta el poste. Al bajarse su jockey, José Luis Martínez, comenta "éste caballo hoy volaba".
Me entra una extraña sensación al observar la alegría extrema del joven propietario. He revivido esa emoción al ver la foto que ese Velázquez de la imagen que es JAR, ha colgado en éste foro.
Aquel alazán, cuyo nombre debería recordarnos JAR, era imbatible aquel día, como si quisiera devolver el cariño infinito que recibía de un corazón grande dentro de un cuerpo frágil. Entiendo que el alazán repitió otras veces la hazaña hasta que las fuerzas le abandonaron. Sin duda era consciente de cual era su más importante misión en la vida.

En el mundillo del turf suele valorarse --y también envidiarse--el dinero y el éxito. Creo que sin vanidad tendríamos un espectáculo aún más pobre.
Pero de vez en cuando surge una gran referencia ética: la conformidad ante la adversidad, la ilusión y la alegría aunque la vida no te trate como a los demás, la candidez, la afición por la afición, el agradecimiento...
Quizá deberíamos aprender sensibilidad de aquel caballo alazán.

Supongo el abatimiento de esos padres entregados durante años a hacer feliz a un hijo. Algún día, que será lejano, comprenderán que ha sido un privilegio y que los ángeles nunca mueren.

Yo también soy Javier Piñar. (Carolina S.B.) - 12/02/2005
Alicia:

Al leer tu intervención en el Foro, he buscado por ahí abajo la foto de Javier Piñar y me he conmovido.

No conozco a la familia Piñar pero creo recordar la cara de Javier. Supongo que será de Pineda puesto que aún no me he dejado caer por Mijas.

Los hipodrómicos nos reconocemos bastante bien pues una tarde de caballos, del bar al paddock; del paddock a la taquilla; de la taquilla a la grada...Y otra carrera, y otra tarde, dan para grabar con bastante nitidez las caras de nuestros correligionarios. De modo que a mí, que ni siquiera he frecuentado mucho los hipódromos españoles en los últimos años con excepción de Lasarte, "me suena" Javier. Es de los nuestros.

Al ver su cara de alegría en una entrega de premios, su ilusión, su emoción, su transparencia; he sentido, desde luego, lástima, pero además, me he dado cuenta de que yo también soy así. De que yo también soy Javier y como yo, seguro, todos los pequeños propietarios. Tuve una vez una yegua corriendo en Inglaterra, una penca, sí, pero era mía. Yo la elegí de entre muchos; le llevaba zanahorias y le daba palmaditas antes de la carrera. Ella y yo éramos modestas pero nunca olvidaré la plenitud del día que quedamos segundas - lo digo en plural, "quedamos" - en una preparatoria. Como la plenitud de Javier en la foto.

Ahora que se plantea la vuelta de las carreras a Madrid, - ¿seguirán allí "los números"? - hago votos porque haya muchas personas como el dulce Javier; muchos pequeños. Small is beautiful, ya sabes. Porque ese ese espíritu es el gran encanto del Turf y lo que hace que "lo nuestro" no tenga nada que ver con el fútbol.

Aprovecho, si me dejas, para dar mi pésame a la familia Piñar.

Tuya,

Carolina.

Precioso lo que habéis escrito las dos ... la sensibilidad es lo ÚNICO que realmente poseemos ...Ah! el caballo en cuestión : OLD CATARACT (Vert Amande y Capriola) . Un saludo ! (Revirado) - 12/02/2005
Crónica de Gerardo Torres en ABC sobre el Memorial Javier Píñar (Agradecido) - 14/02/2005
Relinchos de amor

«Grigoriev» se unió al sentido homenaje que el turf español brindó a Javier Píñar y ganó la carrera que llevaba su nombre y con los colores de su cuadra.

GERARDO TORRES/

SEVILLA. A los Jarcovsky, a Fayos, Borrego, Gutiérrez, Salguero, Martín, Hernández y Gallardo, gracias. A Horcajada, a José Luis Martínez, que saludó al cielo al ganar la tercera, y a Lopera, gracias. Y a Paco Jiménez, que en la pista, montado sobre «Kikulkan», se descubrió y portó el casco y la gorra sobre el brazo, gracias. Gracias, jockeys.

Allí estuvo, acompañado por su Teresa, Agustín Aulet, que micrófono en mano le explicó a la gente, con el corazón en la voz, quién fue Javi Píñar. Y Pedro Pablo Díaz, que allá en la Argentina corrió a su ordenador para unirse a la alegría y al dolor de la familia vía internet. Me crucé con Rocío Olmedo en las praderas verdes del hipódromo, por las que corretean los niños como yo hacía con mi hermano, con mi inseparable Jesús Ignacio y con Antonio Luis jugando a ser «Colorines», «Kattar», «Súper Pal» y «Myor». Y allí mismo viví el minuto de silencio junto a Javier Andreu observando al «Novato» Moyano, que miraba a través de sus gafas de sol sin poder evitar que su gesto se torciera. El «Tordo» seguía con los ojos enrojecidos y Jesús Gómez Millán estaba al frente de la caballería, que sobre la arena mataba los nervios pre-carrera mientras por la megafonía se desparramaba el recuerdo de Javier en un toque de trompeta.

Del primero al último

En Pineda, cómo no, estuvo mi mentor, Juan Benjumea, con María y los niños. Día de las familias del turf. Arturo tuvo poco trabajo como médico oficial del recinto y el «Capi» me recriminó que no llevara la cabellera como en el cuartel. Sanlúcar estaba, con Miguel Sánchez Delage a la cabeza, con Hermenegildo y con Paco Oliva, que hizo una sentida retransmisión televisiva. José Antonio Rodríguez, de negro riguroso, lo captaba todo con su nueva cámara digital mientras Julio Díez retrataba en su cuaderno la jornada. Álvaro Soto no permitía apostar al pequeño Nicolás. Lo hice yo por él, qué diantres. Estaban en su sitio los Herrera, Fran y Juan -¿te acuerdas del Ford Fiesta camino de Sanlúcar con el viejo Andújar?-, y apareció de pronto, sí señor, Baldomero Morón.

Al otro lado del paddock, como siempre, estudiaban a los caballos Paco Bernal y Nacho Gutiérrez. Y hacían su trabajo las nuevas generaciones de turfistas que tanto necesitamos, «los Fernandos», Pérez y Muñoz. Estaba el «Mami» con sus gafas negras, y también Fernando Gómez Bustillo. Quino López Alzás comentaba con su hijo el desarrollo de las carreras y Miguel Ribera, con su gorra campera, se lamentaba de lo que tuvo que esperar «El Ripi» en los cajones.

Después de la primera, Manolo Vasco se acercó a Juan Puertas y le entregó un mural con las fotos del triunfo de «Carambuco» de la semana pasada. En el centro, una imagen de Javier. Y a Juan se le escapaba el alma por los ojos.

Carlos González-Valverde se dejó ver con una chaqueta que no era verde, ¡sorpresa!, y Adolfo Rodríguez Sañudo fue de los primeros en llegar. Allí estuvo el turf, todo el turf. El de Sevilla y el de España. Después del minuto de silencio había que correr. En el palquillo, la chaquetilla de la cuadra Jepe, azul y naranja... con crespones negros. No estaba la silla de ruedas, pero sí, de alguna forma, Javi. «Grigoriev» se lanzó a correr desde la salida, premio Memorial Javier Píñar Hafner, en un día en el que el sol no quiso faltar para que Sevilla se vistiera de Sevilla. «Zagato» galopó lo que pudo a su altura, pero alguna fuerza sobrenatural empujaba a «Grigoriev» -¡qué bien elegida su compra!- y no había quién lo parara. En la recta las cuatro mil gargantas del hipódromo se unieron para animar al ganador. No podía ser otro. «Grigoriev» y Juan Carlos Jarcovsky volaban hacia la meta pero sólo escuchaban aquellos gritos que Javier lanzaba al aire cuando sus caballos peleaban una llegada. Fernando Píñar se abrazó a sus hijos y a Ly, y entonces entró Enrique Beca en el palquillo para fundirse con el «Nani» ante un Pedro Álvarez embargado por la emoción. Perico Píñar lloraba y al «Chico» se le enrojeció la nariz.

«Grigoriev» desfiló entre el público camino a balanzas y la ovación era atronadora. Se rompían las manos. Fernando y Ly acudieron, a duras penas, a entregarle el trofeo de la carrera a Perico Gutiérrez, y el beso interminable de Ly a Perico y de Perico a Ly recibió el aplauso más importante que jamás haya vivido servidor en este hipódromo. Aplaudían los aficionados y los visitantes; los propietarios, los empleados, los mozos y los preparadores. Aplaudían los jockeys. Aplaudían Domingo y Pepe. Aplaudía como un loco Manolo Píñar. Y África Mora-Figueroa. Y Alejandro Parias, que no sabe lo que hizo cuando convenció a mi padre para que me llevara a las carreras.

Llevaba mucho sin ganar Manolo Álvarez, que vive momentos amargos, para qué mentir. «Grigoriev» pudo con su maldición y con él se rompió la racha. Estaba feliz. Como lo estaba yo, recordando el día que «Manola» ganó el Valderas en La Zarzuela. Han pasado 22 años y nunca hasta ayer me emocioné tanto con el turf. «Ha sido mágico», me decía Fernando Píñar. Y ya lo creo que lo fue. Fue mágico porque estuvo todo el que no podía faltar. Y en el corazón, Javi, sentí un relincho de amor. Era de mi «Aoslos» -¡cómo te echo de menos, cabezón!-, que desde no sé dónde, mi amigo, también se acuerda de ti. Gracias, turf. 


GRACIAS. MUCHAS GRACIAS. (Fernando Piñar) - 14/02/2005
En nombre de mi familia os doy las gracias a todos por las muestras de afecto que habéis tenido con nosotros en estos días tan difíciles que estamos padeciendo.

Ciertamente es reconfortante sentirse querido y arropado por tanta gente y con tantísimo calor. Sabíamos que Javier era muy querido, pero nunca llegamos a imaginarnos cuanto le adorabais. Por eso tengo que deciros: GRACIAS DE CORAZÓN.

Hemos comprobado que el consuelo existe, y que cuando tienes el alma rota porque el toro de la muerte le ha pegado un cornalón a un ángel bueno que amaba la vida y disfrutaba de ella a tope, hay muchas personas que se te acercan para darte del calor que necesitas. Por eso, repito, GRACIAS. MUCHAS GRACIAS.

Pero...... ¿sabéis una cosa? Que no sólo estamos orgullosos de poder decir que tenemos muchos amigos, y que nos reconforta que compartáis con nosotros el dolor por la pérdida de Javier. Es que hay mucho más....... Hemos podido comprobar que la familia del Turf está viva. Todos los que entráis en este foro y los que no lo hacen, habéis demostrado que cuando a este caballo llamado Turf se le da un fustazo como éste, la respuesta es inmediata y activa. Sí, queridos amigos, nuestra gran familia goza de una espléndida vitalidad, lo que resulta esperanzador en estos momentos en los que estamos a punto de reflotar las carreras de caballos en nuestro país.

No quiero hacer una semblanza de Javier, porque ya lo habéis hecho algunos, y muy bien por cierto (GRACIAS, GRACIAS). Sólo os quiero decir que él ha sido enormemente feliz en su corta vida, porque tenía tres ángeles de la guarda, Miguel Ángel, Juan y Perico y un millón de amigos que se volcaban con él y le llenaban el alma de dicha. Amigos que estaban a diario con él, otros que lo veían a ráfagas, y otros que él ni los conocía, pero que lo tenían en un rinconcito de su corazón, y que en estos días también están con nosotros.

Ojalá la semilla de afición por el turf y de afecto por las personas, que Javier ha dejado sembrada, crezca, fructifique y perdure..........

GRACIAS DE CORAZÓN, MUCHAS GRACIAS


Mostraron también su apoyo y condolencias a la familia Piñar a través del foro: La Curva de El Pardo, Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, Pablo Pedro Díaz, Diego Sarabia, Triple X, Curro Verde, Arifán, ARC, Carlos Clint, Nuestro-Turf, Gonzalo Viguera Coronel, Juan Martel - cuadra Restaurante Los Pescadores, Airam Martel, Juan Manuel Sánchez y Ana María García, Facundo Bedouret y Flia, El Prior, y A Galopar & Turfinternet.