Meditación desde mi laboratorio
(Bar Alay, Hipodromoa Turf -Zarauz)
(por Almazy)
Foro A Galopar & Turfinternet, 24/10/2006

Tan sólo 48 horas fueron las que necesitó Nicasio para hacerse aficionado a las carreras de caballos. Nicasio rondará los 60 años y aunque no se lo he preguntado le intuyo de orígenes baserritarras, lo que traducido a la lengua de Cervantes significa que posiblemente se crió en el medio rural vasco. Cuando Nicasio en los preliminares de la carrera ve un purasangre de magnífica lámina suelta un “¡Diosssh!” como los que deben soltar los caseros en los mercados del País Vasco al contemplar un ternero de gran crianza. Nicasio ha descubierto en el purasangre inglés una variante de la diversión de sus abuelos en las tradicionales ferias ganaderas guipuzcoanas de Tolosa u Ordizia.

Cuando cada día llego al Bar Alay cinco minutos antes de la primera carrera del programa francés allí está Nicasio con puntualidad británica, radical poddockman. A Nicasio le gusta jugar, pero perder dinero, aunque sean dos euros, le debe producir un serio malestar. El otro día después de dos carreras había cobrado 13,5 euros y se me quería escapar sin jugar a la tercera, con su ganancia neta de 9,5€ en el bolsillo. El caso de Nicasio confirma la tesis de que si un nuevo cliente se hace aficionado su fidelidad a esta diversión es radical y difícil de encontrar en otras áreas de ocio.

Aunque Zarauz está en la frontera de la comarca del hipódromo de Lasarte apenas tiene aficionados a las carreras. La veintena de jugadores que están apostando una media de 500€ al día son la mayoría neófitos. Básicamente unas cuantas cuadrillas de amigos. Algunos hacen una parada en su trabajo para echarse unos vinos, otros al parecer están ya jubilados, todos confluyen en el Alay hacia las dos de la tarde para disfrutar de esta nueva diversión que ha caído en el pueblo. Tan sólo ha transcurrido 25 días y se puede afirmar que la mayoría de ellos se han convertido en aficionados al juego de los caballos. Estos nuevos aficionados no compran su boleto de apuestas para hacerse millonarios. El objetivo es divertirse intentando ganar 10, 40 o 200 euros. Digamos que una diversión con los pies en la tierra y mucho más apasionante que el efímero boleto de la ONCE o la quimérica Primitiva.

Como son cuadrillas grandes el juego suele estar bastante repartido entre muchos de los caballos participantes, de modo que lo normal es que alguno acierte su apuesta. Al margen del dividendo que se embolsa el afortunado está la honra de ser el tío más listo o con más suerte.

-A Nicasio hace tiempo que los vinos le salen gratis en el Alay –suelo decir yo.

Y Nicasio sonríe con la sonrisa del casero que se sabe difícil de batir en el arte de discernir el ganado bueno del malo.

Nacho, al que intuyo prejubilado, va al frontón todos los jueves y sábados. Desde el primer día lo vi proclive a las jugadas de baja rentabilidad afines a las apuestas de frontón. Empezó con 2€ pero ya se ha instalado en las de 20 euros, consciente de que con apuestas a caballos en principio seguros puede dar rienda suelta a su pulsión de jugador minimizando las pérdidas. Nacho es otro que se está haciendo adicto a esta diversión, lo que no es de extrañar ya que siendo ambas apuestas deportivas, el frontón y el turf son primos carnales.

Mikel tiene un bar a dos manzanas del Alay y desde el primer día brilló por su buena estrella y por darse cuenta de que el dinero (ni de calderilla ni quimérico) está en los caballos de cotización media, entre 4 y 9/1. En cuanto puede hace pequeñas escapadas desde su bar para hacer unas gemelas. En tan sólo 3 semanas ya ha tenido cobros que tocaban los 80 euros con gemelas de 3 o 5 euros. Con un poco más de tiempo (cosa difícil siendo hostelero) e información, Mikel acabaría por ser un excelente jugador de caballos.

La señora Pili según me informó Elena, la patrona del Alay, se juega todos los días un ganador 5 € basándose en el nombre del caballo.
-¿Con cuál vas Pili? –le pregunté el otro día intrigado.
-Con DEMONIOUS, me respondió.
Mente de cabalista, pensé yo para mis adentros.

Cada día son más los que están abandonando su visión de las carreras como lotería con patas y están empezando a hacer su trabajo con el papel. Cuando PLAYTIME ganó el lunes a 12/1 Txema saltó ostentando su victorioso colocado de 5€ en una mano y en la otra el análisis de Txirrita.

-Aquí decía que “había mostrado ligera mejoría en la última y que hoy podía colocarse”. -¡Sí señor, a quien estudia Dios le ayuda!

Sin embargo sobre los trotones en mi laboratorio lo tienen muy claro: se trata de lotería con carro dadas las infames y continuas descalificaciones. La novicia tendencia de apostar al que más paga rinde sus frutos propagandísticos con los trotones. Ya son varios los que han pillado ganadores por encima del 50/1 y también otro salió premiado con gemela-placé de a 123 por 1.

Curiosamente la apuesta reina en estos 25 primeros días es el colocado, que se lleva el 60% del juego. Este es un dato importante. Para estos nuevos aficionados la diversión, más que en la cantidad del dinero ganado, está en el hecho de acertar la apuesta.

-¡Sois una cuadrilla de segurolas! – les recrimino yo.
-Más vale colocado en mano que ciento volando, me responden ellos.

Este es un dato que deberían tener en cuenta los técnicos de LAE. Para los nuevos jugadores de caballos en placer está en acertar su apuesta, más que en la cantidad ganada. A los nuevos jugadores ganar 5, 10, 20 o 50 euros con un colocado les resulta tremendamente gratificante, y por supuesto mucho más que no ganar nunca un miserable euro jugando la Quíntuple Plus.

Estas tres semanas de observación en mi laboratorio de bar Alay están indicando con claridad que la apuesta ganador, y más todavía el colocado, tienen mucho más calado entre el público novato que las apuestas exóticas con mucha mayores expectativas de pago como son las gemelas y los tríos. De lo que se deduce que intentar captar clientes nuevos con una apuesta como la Quíntuple Plus cuyas expectativas de acierto con una baja inversión tienden a cero es un tremendo error.

Pensemos en las mañanas de los domingos de España. Pesemos en esos miles y miles de bares con gente tomando el aperitivo. Con una terminal de LAE con las apuestas internas del hipódromo en cada población de una cierta entidad y una efectiva campaña publicitaria mostrando la grande y sencilla diversión que puede producir el acertar un caballo ganador o colocado viendo la carrera por la televisión, estoy seguro que surgirían en España cientos y cientos de núcleos como el Bar Alay de Zarauz.

En el bar Alay se en su tercera semana de andadura de están jugando 500 euros al día. No me cabe ninguna duda de que trabajando LAE trabajara bajo un modelo similar al del bar Alay la recaudación de las apuestas internas del hipódromo con la adición de esta nueva red exterior en tres o cuatro jornadas de carreras tocaría el millón de euros y su ritmo de crecimiento sería espectacular.