A Galopar & Turfinternet
Bienvenido al foro de A GALOPAR & TURFINTERNET --- Para registrarse, enviar solicitud por e-mail a joseluis@agalopar.com

EL PETARDO
Autor Mensaje
origenes

Origenes

Registrado: 29 Nov 2006
Publicado: Sab May 24, 2008 9:06 am    Asunto: EL PETARDO  

Sin duda es la salsa misma del Turf.

El petardo se busca denodadamente durante toda la semana escrutando el programa. A veces surge de inmediato en un primer vistazo: Uno de los participantes de una carrera parece estar impreso en el papel con tinta fosforescente. “Con ese peso y esa monta no pierde ni loco”, nos decimos a nosotros mismos. En otras ocasiones nace de una derrota; cuando apreciamos una monta horrorosa, un recorrido infame, una actuación que en nada determina el valor de ese caballo que acaba sin pena ni gloria un recorrido cualquiera. “La próxima, se pasea”. Y otras frases parecidas.

Lo cierto es que el convencimiento de la victoria de un “no favorito”, estimula al apostante como pocas cosas en la vida. A mediados de semana, el aficionado se ha convertido en un profeta, el rostro muta y adquiere el gesto de un iluminado. Hace partícipe de su descubrimiento a cualquiera con el que se topa, augura beneficios inmensos, y recauda entre amigos y familiares una cifra de consideración. Los aficionados a los purasangres, después de todo somos buenos chicos y queremos repartir la fortuna con los demás. Bueno, también hay un “poquito de vanidad” en todo esto.

El caso es que se partió de una reflexión plena de cordura. El análisis comenzó siendo científico: monta, peso, estado del terreno, grado de forma, distancia adecuada, y un largo etcétera de variables se tuvieron en cuenta . Sin embargo, a dos días del evento, las cuestiones metafísicas ganan en importancia. Llegados a este punto, la victoria de nuestro caballo ya no es tan solo una cuestión monetaria. A parte del prestigio que nos jugamos, está un asunto que suena a banal e ilusorio para el que no entiende de esto, y es, el de la “concordancia cósmica”. En última instancia, como muy bien dijo Fernando Sabater en su día, uno apuesta más que nada, para ver si el destino está de su parte, si las energías que emite el Cosmos, están en sintonía con las de uno, o bien éstas nos rechazan.

Creo que los aficionados que ya acumulan un buen número de años de carreras, han comprobado que tras coger un buen petardo una mañana de Domingo en el hipódromo, los problemas del trabajo en el que nos ganamos el sustento, se solucionan casi por sí solos. Durante la semana siguiente a nuestro éxito hípico, parece como si nuestras pilas vitales se hubiesen cargado a tope, y nada se nos resistiera. El Turf es una de las terapias más efectivas contra el stress, es una evasión de los problemas, y evita ciertas formas de locura; aunque hay que reconocer que lo hace a base de caer en otra clase de dependencia: La hípica, con todos sus santos.

Pero esa magnífica sensación, solo se obtiene cuando nuestro amado petardo cruza la meta en primera posición, que en el mejor de los casos, nunca lo hace más de una vez de cada cuatro o cinco apuestas “seguras”.
Sin embargo, esa escasa y esquiva dosis de acierto, compensa todos nuestros estudios; las muchas horas que pasamos analizando cada carrera del programa, fabricando una “ficha mental” de todos los caballos estabulados en España.

A veces nuestra relación con ciertos purasangres se convierte en algo muy parecido a una amistad, y su victoria en una carrera incluso modesta, nos provoca la mayor de las felicidades. Que uno de nuestros caballos preferidos nos proporcione encima un buen puñado de dinero en las apuestas, es lo máximo que se le puede pedir a este espectáculo. Puro placer que a nadie ofende.
_________________
Almazy



Registrado: 29 Nov 2006
Publicado: Sab May 24, 2008 10:23 am    Asunto:  

La mística del petardo

Yo creo que la experiencia del petardo que gana tiene un fondo trascendental, de ahí que por algún tiempo, unos días, una semana, instale al pronosticador en una especie de estado de conciencia expandido en el que siente y actúa como un pequeño dios. El Handicapping es una especie de arte mántico que busca desvelar hechos que van a acaecer en el futuro, pero esa mántica restringe los acontecimientos futuros a las competiciones de una cierta raza de caballos. En este sentido las innumerables variables con las que opera el análisis equivaldrían a las cartas del tarot, a los palitos de I Ching, a las manchas que originan los posos del café y un largo etc.

El fondo trascendente está en la superación de la división racional del tiempo de nuestra realidad ordinaria: pasado>presente>futuro. Con un análisis acertado somos capaces de ver con claridad el futuro desde el presente, rompiendo los límites de nuestra realidad ordinaria y convirtiéndonos en pequeños dioses.

Las genealogías, nucleo central de handicapping, también hunden sus raíces en un fondo trascendental. Con el estudio genealógico el pronosticador también está tratando de derribar la estructura racional del tiempo (pasado>presente> futuro) ya que viene a proponer que el futuro (ese caballo ganador) estaba ya escrito en el pasado: el caballo ganador sería un espejo, una especie de repetición, de sus ancestros. El caballo ganador sería una variación sobre el tema de el eterno retorno de lo idéntico que propugnaba Nietzche inspirándose en ciertas escuelas de pensamiento tradicional asiáticas. Así podríamos afirmar que la euforia del genealogista al profetizar el ganador de una clásica tendría una indudable afinidad con la eufóricas cumbres del filósofo alemán.

En un artículo mío perdido aludía yo al hecho de que las carreras de caballos de raza purasangre-inglés nacieran en paralelo con el advenimiento de la Ilustración en Europa, que desterraba a Dios de la escena filosófica. Curiosamente con este nuevo juego el hombre moderno, sin ser consciente de ello, encontraba una nueva vía a la experiencia de lo divino (en el sentido de superación de las fronteras temporales) alejada de la teología cristiana imperante. Y así fue que siglo tras siglo millones de hombres en la tierra acuden el domingo al hipódromo como antes lo hicieran a los templos religiosos.

Y es así que terminada la jornada de carreras dominical, algunos de esos fieles, los más estudiosos del Libro Sagrado (Racing Post, A Galopar etc), y algunos otros predilectos de los dioses (en concreto de la diosa Fortuna) salen eufóricos y renovados, casi místicos para toda la semana, tras haber preconizado correctamente la victoria del petardo.
Página 1 de 1