A Galopar & Turfinternet

RUN ALICE RUN · Registrado: 06 Jun 2008

Y allí estaba; en el suelo de su box, con la carita apoyada en el suelo, con la carita apoyada en el heno y la paja; con los otrora picarones ojillos, abiertos sin sentido y húmedos de querer llorar y no poder; y escuchando lo que allí le decían y sin poder responder siquiera con una sonrisa…

Era la más bonita de su cuadra, chiquitita, pero muy bonita; desde que llegó, y la destinaron a su box, había un par de galanes que le habían echado el ojo, que propugnaban por ella, por la más “jamona” de las yeguas de la cuadra; y cada vez que de mañana salían a galopar, le echaban la mirada a su box; y ella, que se sabía guapa, chiquitita, pero guapa, se acercaba al alfeizar de su ventanuco, se ponía de puntillas para parecer más alta, y giraba su carita con desdén y un mohín de coquetería, evitando mantener fija la mirada en aquellos dos pretendientes…

Y sus amigos propietarios, que eran grandes y de recio abolengo, y generosos y dispuestos, la querían, y la cuidaban y la acariciaban y se deshacían en besos y atenciones; y su preparador la tenía en palmitas, y en la cuadra, Alvarito la atendía con amor y cariño; y desde fuera, los amigos de nuestros amigos, le deseaban lo mejor a la pequeña…

Y nuestra chica corrió en sus dos años, y demostró una puntita de clase y un vigor sostenido; y se vio que tenía corazón para pelear y para querer a los suyos. Y todos nos hicimos esperanza con ella… Y pasó el invierno, bien cuidada, creciendo poquito, porque era pequeñita, pero creciendo… Y llegó la esperada primavera y todos la estábamos apoyando, y corríó el Valderas y el Beamonte, y en las dos ocasiones, apenas vislumbramos algún detallito de lo que nos había proporcionado de joven…

Hace unos días, entrada la noche, se puso muy malita; apoyó su cabeza en el suelo del box, en la paja y el heno, abrió muy grandes sus picarones ojuelos y quería llorar y no podía; y escuchaba lo que desde fuera le decían y no podía hacer nada para responder; y sus dos galanes se asomaron a su ventanuca del box para verla, y relinchaban queriendo ayudar, queriendo protegerla; y avisaron a su veterinaria, que dejó lo que estaba haciendo y acudió rauda y veloz; y llegaron sus amigos propietarios, y mientras la veterinaria y el preparador, y su Alvarito que tanto la quieren la trataban y hacían lo posible y lo imposible para recuperarla, sus propietarios se encontraban desconsolados, como quien está viendo que se pierde uno de sus seres queridos: ya daba igual su carrera, ya daba igual sus progresos y proyecciones…

Y ella, que vio tanto cariño, respondió por ellos, y se fue curando, y fue evolucionando, diciéndoles en silencio: salimos, ya veréis como salimos… Y al cabo, la enviaron a unos frescos prados a descansar, a comer verde hierba y a recuperar las fuerzas perdidas; y tras unos días, se la vio recuperar, y apostamos en volver a verla en el otoño, que es época de yeguas…

Hace unos días me dijeron que volvió a ponerse malita, que apareció con la carita en el suelo, entre paja y heno, con los ojazos abiertos y la mirada llorosa y perdida… La volvieron a tratar, la volvieron a cuidar y parece ser que está mejorando… No nos va a dejar, no señor… Por todos los que la queremos no nos va a dejar… ya me lo dijo con su mirada…
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