A Galopar & Turfinternet

SUR · Registrado: 06 Dic 2006

No he podido contenerme. Éste domingo siempre suscita en mí el mismo recuerdo y, es por ello, tuve que bajar al trastero. Como si se tratase del mismísimo Santo Grial, rebusqué entre cajas, bolsas y armarios hasta dar con ellas. Dos revistas, bien ilustradas y de algunos años de edad, que contenían el futuro y pasado. Sólo mirar la portada y se abrían las puertas de mi imaginación. Y volví a recordar...

No fue rey. Tampoco emperador. Sólo fue Hércules y por ello entró al Olimpo. Tras una dura batalla en el André Baboin (GIII) de 1.900m, retornaba victorioso nuestro héroe.

Los "sacerdotes de Afrodita" vaticinaban una gran batalla entre él y "el Napoleón". Duelo de lujo, publicaron. Ni los mejores augurios lo daban como el favorito al trono. Su enemigo era un rival temible, un top-class. Tercero en el Arc du Triomphe de ya hacía dos años, a sus seis primaveras tenía en su poder un Ganay (GI), ambas sobre la distancia clásica. Y lo más importante, el trono español que, como el gran emperador francés de finales de siglo XVIII, había osado a usurpar en la edición anterior. La monta de lujo para "el extranjero" de Olivier Peslier presagiaba un combate a muerte.

Pero mis recuerdos se entrelazan con vagas imágenes. La semana transcurría lenta y monótona. Entre las clases del colegio y los entrenamientos de fútbol sala, una visión se fraguaba en mi mente: La recta final. La tarde del domingo se hacía esperar.

Pero llegó. De camino al hipódromo, comentábamos mi padre, mi hermano, un amigo del colegio y yo lo que pasaría en la gran cita. Conjeturas y tablas de valores, todas en una única dirección. Aparcamos entre los árboles y vimos algunas bellotas: "¿esto se lo comen los cerdos, no papá?

La jornada comenzaba con DANDY DANCER copando el primer puesto en la primera carrera. Le seguirían TELL en la segunda y ENRIQUEZ en la tercera. Y por fin llegó el momento de la cuarta, la esperada corona del Memorial Duque de Toledo.

El hijo de PROCIDA sale al paddock. Aún recuerdo su imponente figura. Largo, de 1,73m de alzada y castaño oscuro. Con una estrella en la frente, dominaba con su cabeza en alto a todo aquel que se dignara a mirarle. Su pelo bien peinado y con el número 3 a los lomos, captaba las miradas de todos los aficionados. Algunos se atrevían a desafiarle: "Vas a fallar, no es tu distancia". Otros se ocupaban en examinarle a fondo, buscando la llave que les otorgara un buen dividendo. Pero todos albergaban en su corazón la esperanza de que su Aquiles abatiera a Héctor bajo las gradas de Torroja.

Ya se van a los cajones. "Papá, ¿me das cien pesetas para jugar un "colocao"?".Y con mi boleto en ristre, me fui a situarme en una buena localidad. La batalla estaba servida.

Lento y tranquilo sale "Leónidas" de los cajones situándose último de la manada. La liebre marca el ritmo y pasan por primera vez por meta. Entre los aplausos se esgrima un atisbo de miedo: está cediendo metros poco a poco y la diferencia con el primero es ya de nueve cuerpos.

Entran a la curva de las perdices y el pelotón se estira. El ritmo comienza a acelerarse pero "Sansón" no cambia el paso. Emprenden la recta de enfrente y los murmullos en la grada se hacen más plausibles, pues quince cuerpos de ventaja con el primero empiezan a ser demasiados y, el refrán de "se pueden ceder kilos pero no cuerpos" inunda las voces de los turferos.

En los 400 metros de la recta de enfrente la situación empeora. Su tranco sigue siendo acompasado y aletargado. Su rival, bien posicionado en el centro del paquete, parece más claro que renovará reinado. La liebre acelera y los corazones bombean con más fuerza. Ahora son veinte cuerpos con el primero y se descuelga.

Y el primer atisbo de luz. Los nervios que acechaban entre las sombras del patíbulo, se apoderan de las mentes del hipódromo. Comienza a recuperar terreno.

Curva del pardo y la situación sigue mejorando. Todos buscan una buena posición cercana a la punta con la que afrontar los metros decisivos. El héroe contacta con el grupo a media curva y se aleja progresivamente de los palos....¡Ya viene!

Siento cómo el corazón se me sale del pecho, miro a mi amigo y nos sonreímos. ¡Están aquí! Aclaramos las gargantas, y el público al unísono se olvida del enemigo y se centra en la remontada, ¡puedes conseguirlo!

Por todo el exterior y como un obús avanza fácil y a las manos de Santiago Calle, PARTIPRAL. Pasa a su rival, VERT AMANDE y KING COBRA ya no puede contener a sus perseguidores. TOBA es el primero en atacar, pero el grito de los aficionados lo trae en volandas: ¡VAMOS PARTIPRAL! ¡VAMOS PARTIPRAL!

¡El sonido es ensordecedor! ¡PARTIPRAL a 350 metros ya es quinto y viene fácil! Delirios en las gradas para empujar a su campeón ¡ALÉ PARTIPRAL, ALÉ PARTIPRAL!

Quedan 300 Metros y se pone en cabeza. Calle sigue animándolo con sus brazos. ¡ Y SE VA! ¡SE VA! Sus rivales a base de fustazos no pueden más que ver su cola despegar. ¡PARTIPRAL vuela hacia la meta! ¡Quiere coronarse! ¡200 metros y la distancia aumenta! ¡ Vamos PARTIPRAL, ALÉ PARTIPRAL! ¡Es increíble! ¡ Qué remontada! ¡100 metros y son ya 7 cuerpos! La grada aplaude en pie y todavía no ha llegado al final... ¡50 metros y dejándose ir!....¡¡¡¡Y PARTIPRAL GANA EL MEMORIAL DUQUE DE TOLEDO!!!!

¡HAZAÑA HISTÓRICA! ¡Ha ganado por nada menos que 9 cuerpos y un cuarto tras ir cediendo veinte cuerpos y sin un palo! ¡BRAVO PARTIPRAL!

Lo traen tranquilo y Calle saluda al público entusiasmado. El regreso triunfal al trote con su manta de vencedor provoca fervor y agradecimiento.

Vuelvo a casa como Julio César tras conquistar la Galia. Mi madre nos espera con la cena preparada y pregunta el resultado. Toca irse a la cama, que mañana hay que madrugar, pero una imagen se repite en mi mente: PARTIPRAL galopando triunfal en los últimos metros con su melena desarbolada por el esfuerzo.

Desde entonces, busco entre las matrículas del Memorial su nombre. Sueño con volver a verlo correr. Pero siempre podré decirles a mis hijos: "Yo vi galopar a EL DIVINO PARTIPRAL".

Un saludo, y espero les guste mi homenaje a "El Divino".