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EL ILUSIONISTA
 
Autor Mensaje
Leonard Quercus
Registrado: 13 Dic 2006
MensajePublicado: Lun Abr 21, 2008 12:50 pm    Asunto: EL ILUSIONISTA  

Una mañana del año pasado tuve la suerte de compartir los prolegómenos de una carrera, en el paddock, con la madre de Magic Martínez.
Lo primero que me llamó la atención fue que la manera de hablar y de expresarse de la madre de Magic Martínez era muy parecida a la forma de hablar y de expresarse de mi propia madre.
Yo, que en las distancias cortas soy un inquisidor irreconducible, le solté a la muy buena señora trece o catorce preguntas a metralleta.
La madre de Magic Martínez, atenta y mesurada, me contó orgullosa muchas cosas de su hijo. Me dijo que Magic se llevaba bien con el resto de compañeros de La Zarzuela, pero que su gran amigo de siempre había sido Óscar Ortiz de Urbina.
Me habló de los viajes en avión desde Mijas y, muerta de risa, me regalaba anécdotas saladas sobre la manera de afrontar el viaje de alguna de nuestras fustas más insignes.
Comentamos la madre de Magic y yo lo difícil que seguía siendo mantenerse en lo alto de la tabla de jockeys con tantos y tantos grandes empujando por detrás y, mientras charlábamos, yo sabía que Magic Martínez, a bordo de Palamoss, intentaba ubicarme entre sus posibles conocidos sin suerte ninguna cuando pasaba a nuestro lado.
No han sido pocas las veces en las que Magic Martínez me ha asombrado dentro y fuera de la pista.
Desde 1986, el año de su debut, me han impresionado su profesionalidad a prueba de bala, su sentido del paso, su facultad extrasensorial para leer la carrera y aun las vicisitudes más mínimas de la carrera y su fortaleza a la hora del rush definitivo.
Épicas fueron sus montas a Cumbrales, Madrileño o Toba y a otros muchos que quizá habríamos olvidado si Magic no los hubiera hecho pasar por ganadores.
En la jornada del remate estratosférico de Trip to the Moon, a mí, que había volado para felicitarle en su camino de retorno al paddock, me dejaba otra vez de una pieza con su respuesta humilde:
- Yo sólo la he acompañado. Ella es la única que tiene mérito aquí.
En otra ocasión mi pasmo fue todavía mayor: Magic, a lomos de una yegüita de cuyo nombre no voy a acordarme, explicaba a un grupo que le requería en uno de esos momentos de parón que tanto molestan a El Pecas, también sobre la arena del paddock, que la potra le gustaba mucho pero que, a su entender, los mejores resultados los habría de obtener con la edad. Seguía anotando que era él quien la había debutado y, cariñoso mientras le acariciaba el tierno y sedoso cuello, llamaba guapa a la mimosa potrilla.
Una mujer a mi lado, una mujer que se había quedado sólo con eso de que los resultados menos malos de la yegua se habrían de lograr en el futuro y no en aquella carrera, saltó en el acto:
- Pues yo soy amiga del dueño, y seguro que le interesa saber que a su jockey “la niña” le parece un poco verde.
Magic, que no perdió un punto de aplomo ni de educación ni de sinceridad, estuvo magnífico:
- Sí, es mi opinión. Pero eso no quiere decir que no vayamos a pelear la victoria.
Después, por supuesto, ya en la pista, Magic y la potra disputaron el triunfo y nada más que el final demoledor de otra yegua más experimentada les privó de conseguirlo.
Bien pudiera escribir ahora que son cosas que vosotros no creeríais, como Rutger Hauer en Blade Runner, pero todo el que conozca a Magic Martínez lo contemplará viniendo de él como algo cotidiano. Ni el gesto de fábula para con el chaval escayolado que apuntaba Razonable en otro post ni lo que yo os cuento de Trip to the Moon ni lo de la yegüita que aún estaba un poco verde son excepciones en el actuar de Magic: son la norma.
Todo el que conoce a Magic lo aprecia y lo admira y comprende que el hecho de que Magic le dedicase en el programa La Suerte en tus Manos su primer puesto en la estadística del 2007 a los niños que lo aplaudían en todos los hipódromos de España es algo habitual: la norma.
Magic Martínez ya se está recuperando. Yo, que me alarmé sobremanera cuando lo vi caerse de Casbah aquella mañana del año pasado–creo que- en el desarrollo de la curva de El Pardo y que alucinaba entonces cuando lo vi levantarse como un titán, esperaba ayer verlo salir de la ambulancia con su paso grácil para acaballarse de nuevo sobre la potra de JuanPe Espinosa, mas no fue así.
Tengo pánico a las caídas. Desde la tarde en que Leopoldo ganó el Torre Arias, después de aquella montonera en la que se vieron involucrados Carudel, Hernanz, Fernando Martín y Ceferino, no soy capaz ni de mirar cuando se eleva el murmullo involuntario que parte de las tribunas y se difumina entre las nubes; hoy, no obstante, estoy seguro de que si alguien puede reponerse antes que ningún otro de una caída ese es Magic Martínez.
Magic ha de brindarnos, como dije de Paquillo, otros muchos momentos de alegría dentro y fuera de las pistas antes de que nosotros mismos nos perdamos como lágrimas en la lluvia.
Magic ya se está recuperando. Y nosotros estaremos a la espera cerca de la Puerta de Tannhäuser. O de la Puerta de Hierro, ya no sé.
En la Zarzuela hay muchísimos cabalgantes que brillan como Rayos C, quizá todos, pero la magia, la ilusión, lo que se dice magia pura y dura, lo que se dice ilusión pura y dura, eso corre sólo a cargo de Magic Martínez.
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NON NOBIS, DOMINE, NON NOBIS; SED TUO NOMINE DA GLORIAM


Ultima edición por Leonard Quercus el Lun Abr 21, 2008 2:08 pm, editado 1 vez
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