Alejandro Sepúlveda Maroto

 

HERRADOR. Vieja profesión, y sin ningún genero de dudas fundamental para el desarrollo de nuestras carreras, una de esas actividades en la sombra, poco reconocidas y tan sacrificadas como cualquier otra, o más.

En marzo del año 1981, hace ya más de veintiséis años, el gran Riu-Kiu, junto a mi padre, realizó para la revista Corta Cabeza una entrevista a Don Rodolfo Alejandro Dall´ava, herrador de la Cuadra Mendoza. Una maravillosa entrevista, dicho sea de paso.

En dicha entrevista, escribía Riu-Kiu:

"El caballo no precisaría herraduras si anduviera siempre por terrenos arenosos, uniformes o sin tener que soportar pesos y esfuerzos. La herradura es una protección artificial y responde, por tanto, a circunstancias ajenas al estado de la vida natural del caballo. Es consecuencia de su utilización por el hombre."

 

POR UN CLAVO, UN REINO

Muchos de ustedes recordarán aquella historia que contaban los viejos manuales educativos en la que, tras demostrarse cómo por un clavo es posible perder un reino, se extraía la moraleja de lo importantes que son los detalles por muy nimios que parezcan. La historia en cuestión era algo así como un rosario de causas y efectos que desembocaban en ejemplar catástrofe: por un clavo se perdió una herradura, empezaba la cosa, y luego todo venía encadenado: por una herradura se perdía un caballo; por un caballo, un caballero; por un caballero, una batalla; por una batalla, una guerra, y por una guerra, un reino. La aplicación del principio transitivo obligaba a extraer una conclusión enormemente sorprendente: por un clavo se perdió un reino. De ahí, sermoneaban los pedagogos, la importancia decisiva que tienen esos detalles que casi siempre miramos con cierto desprecio y sin parar mientes en lo trascendental que resulta su cometido... pero no hay que ir tan lejos ni hacer filosofía barata, pues estamos en el hipódromo y el ejemplo del clavo nos viene como anillo al dedo. No se si por un clavo puede perderse un reino, pero de lo que si estoy persuadido es de que por ese mismo clavo se puede perder el Derby de Epson. El clavo, naturalmente y como ustedes habrán adivinado, no puede ser otro que uno de los que sujetan la herradura sobre la que se apoya el caballo.

 

D.S.: ¿Estás de acuerdo, por un clavo se puede perder un Derby de Epson?

A.S.: Por supuesto. Aunque no sucede siempre así. Tal vez sea una excusa que se utiliza demasiado, el caballo que no corre en su valor, llega sin una herradura a balanzas, y nos aferramos a eso como la causa de su mala actuación. En primer, lugar está comprobado que la mayoría de las veces que un caballo que llega después de una carrera sin alguna herradura ésta ha sido perdida después de pasar la meta. Puesto que al venir de realizar un esfuerzo grande en la carrera, es después cuando se abandonan o desequilibran. Por otra parte hay otros factores que influyen en que un caballo pueda resentirse a la hora de realizar un esfuerzo cuando ha perdido la herradura, tanto como la calidad del casco, el estado del terreno, el momento que pierde la herradura etc. Con esto no quiero decir que la pérdida de una una herradura no pueda influir en el resultado de una carrera, pero sí depende de muchos otros factores el que la pérdida de la misma pueda ser determinante en el resultado.


 

SAKHEE

D.S.: ¿Te ha pasado alguna vez, me refiero a si un caballo herrado por ti, ha perdido un clavo, por tanto una herradura y por tanto una carrera?

A.S.: Seguro, es más, el herrador que diga que no le ha pasado o miente o no es herrador, con lo cual miente en cualquiera de los casos. No obstante hay varios factores que influyen en la pérdida de las herraduras. Por ejemplo:
- Habilidad del herrador
- La superficie sobre la que se trabaja
- La habilidad del jinete
- Tirar bruscamente de la riendas después de una carrera. Como hemos dicho, la mayoría de la herraduras perdidas en la pista de carreras se encuentran pasada la meta
- La calidad del casco
- La conformación del caballo
- Falta de madurez física del caballo

D.S.: Bueno, vamos al meollo de la cuestión ¿Cómo, cuándo y por qué empezaste como herrador?

A.S.: Me cogió en una época, digamos dubitativa. Estaba montando por las mañanas en el hipódromo y estudiaba por las tardes. En ese momento no había en los estudios nada que me atrajese a continuar, pero tampoco me atraía la idea de dedicarme a montar en el hipódromo, fue cuando mi tío me ofreció a probar como aprendiz de herrador. Al día siguiente quité mi primera herradura, es increíble pero aun recuerdo el caballo, Strozzi de Alberto Trujillano. Han pasado ocho años y desde entonces no ha dejado de apasionarme mi profesión.

 

D.S.: ¿Qué formación hay que seguir para ejercer tu profesión?

A.S.: Bueno, si hablamos de España, lamentablemente no hay que seguir ninguna formación, la profesión de herrador todavía no existe ni de cara a hacienda. Con lo cual con decir que eres herrador y haber aprendido algo de alguien que lleve años a la profesión, puedes considerarte tan herrador como el que más, es urgente una legislación de la profesión, que implique una formación oficial.

Por contraste, en Inglaterra es una formación profesional de cuatro años y medio, para acceder al titulo por exanimación, sin el cual no puedes ejercer de herrador.

D.S.: Profesión de peligro, seguro que no es fácil. ¿Has recibido coces, pisotones, bocados, y demás cariños, de tus honorables clientes?

A.S.: Sí he recibido algunas, como es natural si uno esta rodeado de caballos, pero va con la profesión y no ocurre todos los días. Realmente irrita más el mal comportamiento de un caballo, que a la hora de herrar te hace todo más  difícil. 

D.S.: Pero en estos momentos, no estás ejerciendo en nuestro país. ¿Me equivoco?

A.S.: No te equivocas. Desde abril estoy trabajando en Inglaterra, Newmarket, lo cierto es que estoy viviendo un sueño, me está permitiendo avanzar muchísimo en mi profesión, ¿quién me iba a decir que un herrador (Simon Curtis) al que hace un año le pedí que me firmase un libro iba a contratarme para trabajar con él? Es una experiencia increíble, desde luego ves todo desde una perspectiva diferente.

D.S.: ¡Menuda aventura! Por favor cuéntanoslo todo, con pelos y señales…

A.S.: La idea de obtener la titulación viene de lejos, hace unos tres años empecé a dar cursillos con Sergio Muelle, herrador Español afincado en Newmarket, y él fue quien me animó a pensar en venir a Inglaterra y sacar el diploma. A partir de ahí, empezamos a movernos e hice un viaje a Newmarket donde tuve una entrevista con Simon Curtis, salió bien, me contrató para trabajar en su equipo y también gestionó los tramites para poder ejercer temporalmente  en Inglaterra y así poder acceder al examen.



KHATEEB, entrenado por Michael Jarvis y de Hamdan Al Maktoum

 

Trabajar en el quipo de Simon Curtis es una de esas oportunidades que no se pueden dejar pasar. Simon está reconocido a nivel mundial habiendo dando conferencias en 18 países, es profesor invitado en la facultad veterinaria de Cambridge y es junto a la princesa Ana de Inglaterra el único miembro honorario del Real Colegio de Veterinarios de Inglaterra, además de tener publicados tres libros. Es un orgullo, y un privilegio poder trabajar con él, así como con otros herradores de la firma.

Significa tener la oportunidad de aprender todos los días, puesto que también es responsable de los trabajos terapéuticos y ortopédicos en la clínica Rossdales, una de la más prestigiosas del mundo.

Además, como aficionado a las carreras de caballos, es gratificante  poder herrar caballos a entrenadores de la talla de Michael Jarvis, o ir a yeguadas como Shadwell, Juddmonte, New England o National Stud. Como amante de las carreras es emocionante encontrarte caballos para herrar como Ouija Board, Lochsong, Observatory, Shakee, Green Desert, Hold That Tiger...

 

Ouija Board Stanley House

D.S.: Me imagino que echarás de menos España

A.S.: A mi familia y amigos. Y, ya que preguntas, las tapitas de Madrid o San Sebastián. Me crispa tomar una cerveza tan buena como la inglesa y no tener más remedio que acompañarla con doritos.

D.S.: ¿En España, para cuantos preparadores has trabajado?

A.S.: Para unos cuantos, pero con los que más tiempo he trabajado y más a gusto me he sentido pueden ser Roberto López, Román Martín Vidania, Alberto Carrasco, Juan Pedro Avial, Ioannes Osorio, Juan Luis Maroto, Mauricio Delcher, y aunque no son “preparadores” me gustó mucho trabajar en Torre Duero para los hermanos Navarro Reverter, y en Aranjuez para Luis Álvarez Cervera, todos ellos se portaron realmente bien conmigo. Y en un  futuro, si ellos quieren, me gustaría volver a trabajar con ellos.

 

D.S.: ¿Y más o menos se portan bien o hay alguno “especial”?

A.S.: Supongo que siempre congenias mejor con unos que con otros pero cuando llevas ya un tiempo ejerciendo una profesión tu clientela va perfilándose con tu forma de trabajar y tu forma de ser, en general me he sentido respetado por mis clientes. Por otra parte creo que uno debe ser consecuente con sus experiencias y su formación, no digo que no haya que aceptar opiniones pero un profesional no debe ir nunca en contra de su propio criterio, aunque para eso, está claro, hace falta formación.

D.S.: Y siguiendo con tu profesión, ¿Crees que un mal herrado, puede cargarse un caballo?

A.S.: Sí que lo creo, el mal aplomar una vez tras otra, tiene consecuencias negativas irreversibles a medio plazo de las estructuras blandas, articulaciones y ligamentos.

D.S.: ¿Conoces algún caso?

A.S.: Sí he visto casos, pero no creo que sea bueno entrar en detalles. Yo mismo puedo, por falta de conocimientos, haber cometido errores. Seguro que si me volviesen a aparecer antiguos casos los afrontaría de modo muy distinto.

 

D.S.: ¿Usan todos los caballos el mismo tipo de herradura?

A.S.: No, en general el caballo de carreras entrena con hierro y corre con aluminio, siempre con herraduras más ligeras que las que se utilizan en otras disciplinas como el salto, raid, doma...

D.S.: ¿Dependiendo del estado de la pista –duro o blando- o del terreno –hierba o arena- existen diferentes tipos de herraduras?

A.S.: En Europa en caballos de carreras, no. La legislación no permite agarraderas, ni cosas por el estilo. Saliéndonos del caballo de carreras, sí, cambias el tipo de herradura según el terreno sobre el que vaya a trabajar el caballo.


En el hipódromo de La Zarzuela junto a KING PRIAMO
 

D.S.: ¿Cuántos clavos ponéis por herradura?

A.S.: En mi opinión, y por regla general, no creo que haga falta poner ni más ni menos que seis clavos por casco.

D.S.: ¿Y no les duele a los caballos cuando le ponéis los clavos?

A.S.: ¡Esta es un clásico! Digamos que la anatomía del casco tiene un pequeño margen donde debe ir alojado el clavo, y no los produce ningún dolor. Por supuesto, si te sales de esa zona... digamos que tienes un problema.

 

D.S.: Me consta que eres un gran experto, ¿Podrías explicar que son los aplomos de un caballo?

A.S.: Como dice mi amigo Simon Curtis, el aplomo es la armonía entre la conformación  y las proporciones del caballo. En breve, el aplomo teórico es la alineación de los huesos de los miembros del caballo. Alineación a la que un herrador debe aspirar a la hora de recortar los cascos.

D.S.: Me imagino que cuando un caballo llega al hipódromo y hay que herrarlo, conviene examinarlo bien, para saber que tipo, forma y clase de herrado le conviene. Es decir, ¿se hierra igual a todos los potros que llegan o se adapta el calzado no solo al tamaño del casco, sino también a las características de los aplomos?

A.S.: No solo debes valor la conformación en los potros, sino en cada uno de los caballos que hierras, valorando el conjunto de cada animal y no sólo cada miembro individualmente. Y por supuesto el herrado debe ir siempre adatado a las características del caballo.


De izquierda a derecha: Alejandro Sepúlveda, Sergio Muelle, Mitch Taylor y Simon Curtis.
 

OBSERVATORY

D.S.: ¿El mejor caballo que has herrado?
A.S.: Observatory

D.S.: ¿El mejor caballo español que has herrado?
A.S.: El Hechizado

D.S.: ¿La mejor yegua que has herrado?
A.S.: Lochsong

D.S.: ¿La mejor yegua española que has herrado?
A.S.: Jade

D.S.: ¿El mejor semental que has herrado?
A.S.: Green Desert

D.S.: ¿Algún caballo conocido, especialmente difícil de herrar?
A.S.: No sé porqué, pero los herradores tendemos a olvidarlos lo más rápidamente posible.

 

Hay que decir, por si algún despistado lo desconoce, que tu profesión de herrador la has compaginado durante un tiempo con tu gran afición a montar a caballo, como gentleman: Sr. Sepúlveda, A.

D.S.: ¿Qué nos puedes contar de tu etapa como gentleman?

A.S.: Disfruté montando en carreras, no recuerdo el número exacto pero no creo que montase mas de 15. Aunque lo pasé bien, si te soy sincero no tengo el gusanillo de volver a ponerme los colores y montar. Me vienen buenos recuerdos, a consecuencia de ser gentleman tuve la oportunidad de conocer gente y sitios que probablemente nunca habría conocido de no ser por eso. Fui dos veces a montar a Italia gracias a Nacho Escario y mis recuerdos de aquellos viajes son realmente buenos, conocí a gente como Cristiano Fais o Max Disnan, de los que tengo un grato recuerdo. Me hizo especial ilusión ponerme los colores de amigo Nacho así como los del Duque de Alburquerque.


Alejandro montando a Campogredos, para la cuadra Mazantinni
Fotografía: equijar.com
 

D.S.: Como herrador o como gentleman ¿Influye de alguna forma, llevar el apellido Maroto?

A.S.: Bueno, supongo que si hubiese nacido en León y me apellidase Zapatero mi vida habría sido distinta. Personalmente, llevo con gran orgullo mis dos apellidos, pero nunca me he intentado servir de ellos para sacar ningún beneficio, es algo que detesto.

 

Alejandro con su tío Jorge en la cena anual de los herradores en Londres.

D.S.: Recopilando información para la entrevista, me he enterado que hay otro herrador en la familia. Don Jorge Maroto. ¿Tu maestro?

A.S.: Para ser exactos somos tres en la familia, mi tío José Ángel Abascal que trabaja en Jerez también es herrador. Ambos aprendieron a herrar en E.E.U.U. Pero contestando a tu pregunta, por supuesto. Mi tío Jorge fue quien me dio la idea de empezar y la oportunidad de aprender con él, siempre le estaré agradecido. Ahora no me veo haciendo otra cosa. Los triunfos que pueda tener profesionalmente son tan suyos como míos. La etapa que estuvimos trabajando juntos fue maravillosa, tengo muchos buenos recuerdos y buenos momentos que pasamos juntos. Le tengo un gran cariño.
También me gustaría nombrar a Sergio Muelle, otro compañero y amigo, que me ha ayudado enormemente, y sigue ayudando, a evolucionar como herrador.

 

D.S.: ¿Qué puedes decir del resto de la familia? Me refiero a tu abuelo Luis Maroto y tu tío Juan Luis Maroto

A.S.: Pues todo lo que puedo decir es bueno. Por unas razones o por otras mi abuelo Luis y yo hemos estado especialmente unidos, hemos pasado muchos buenos ratos juntos, me enseñó a montar a caballo, a poner ilusión en todo lo que hago, a intentar ser el mejor, que la pereza es algo muy peligroso, y otras muchas cosas importantes. Supongo que tanto él como yo disfrutamos con nuestra compañía, para mí es el tipo de persona que siempre te apetece visitar, te recibe con una sonrisa, como el dice, es “un optimista con fundamento”. Le debo mucho.
Unas de las grandes alegrías que me he llevado en los últimos años es que mi tío Juan Luis volviese a entrenar, me hizo una ilusión tremenda, creo que en otro puesto está fuera de lugar, ha nacido para eso. ¿Mi opinión? no se le valora lo suficiente, esta demostrando y ha demostrado que es un gran profesional. Aprendes mucho a su lado y todo lo que hace con los caballos tiene sentido, pocas veces se equivoca. Para mí es tan buen entrenador como el mejor.

 

OUIJA BOARD

D.S.: ¿La mejor virtud del turf español?

A.S.: La afición

D.S.: ¿El peor defecto del turf español?

A.S.: Pasopalabra

D.S.: Y para ir finalizando la entrevista ¿Podrías explicar a los aficionados, cómo es una cerveza “tamaño herrador”?

A.S.: Bueno supongo que habría que pedir la jarra mas grande que haya en el local (risas).

D.S.: Bueno pues esto es todo, ha sido un verdadero placer. ¿Te gustaría añadir algo más?

A.S.: Agradecerte la entrevista, puesto que te hace recordar buenos momentos.
Mandar saludos a todos los aficionados, y que si se pasan por Newmarket, no dejen de pasar a visitarme.